El Tantra, un gran reto de crecimiento espiritual
El Tantra, un gran reto de crecimiento espiritual
El Tantra, al ser tan antiguo, ha derivado en percepciones muy diversas de qué es exactamente o de cómo y dónde se practica. Es natural que esto suceda, pues estamos hablando de enseñanzas milenarias que han ido evolucionando a lo largo de la historia de manera distinta en muchos sentidos. La visión que o tengo del Tantra, sigue el rastro de mi propio caminar. Las formaciones recibidas con diversos maestros y los casi cuarenta años de experiencia como formador, me han permitido ir enriqueciendo y definiendo mi visión particular.
En esencia, todo puede ser Tantra. Osho dijo: el tantra es un gran sí. Le dice sí a todo. Es muy claro. En realidad, el Tantra es tan amplio que se puede considerar el camino de la aceptación de todas las cosas. Nos encontremos o no en pareja, es siempre una gran bendición trabajar como hombre nuestra esencia masculina personal, nuestro Shiva y nuestro grado femenino, Shakti. Con sus grandes secretos y técnicas ancestrales, el Tantra nos brinda una magnífica oportunidad para ello.
Partiendo de aquí, yo percibo y transmito el Tantra como un camino de crecimiento espiritual cuyo nivel más profundo se alcanza en su práctica a dos. Cuando es así, se va creando entre ambos un campo energético, un espacio de luz que acaba siendo una gran bendición y que representa un revolucionario empoderamiento para la pareja. Desde este espacio sagrado adquirimos – al menos potencialmente, grandes poderes de vivir el amor, de vivir la expansión de la conciencia ,de manifestación de los divino…Son los famosos “Siddhis” de los cuales se habla en la India.
Por tanto, en Tantra se busca experimentar y explorar esta danza de las energías complementarias utilizando todos los aspectos de nuestro ser: el cuerpo, nuestra energía, nuestra capacidad de amar, los sentimientos y emociones, los pensamientos y la consciencia y, finalmente, el espíritu.