EL ARBOL DEL TANTRA – Ferdinando Vero Cuore
EL ARBOL DEL TANTRA – Ferdinando Vero Cuore
Una experiencia con Ronald Fuchs
Tenía las ramas pero me faltaba el tronco.
Tras asistir al curso de Ronald Fuchs “El camino del tantra”- que organizó y coordinó con gran eficacia Yulisbeth Montero- encontré el tronco y también las raíces que sustentaban el árbol. Con anterioridad había asistido a otras formaciones sobre tantra, ciertamente que cada una de ellas me enriqueció, pero tengo que reconocer que con Ronald pude tener una visión integradora de cuanto había aprendido y profundizar en la esencia del tantra. Las anteriores experiencias fueron realmente inolvidables en el despertar la conexión sutil entre un hombre y una mujer y el abandonarse en el océano de la sensorialidad y sensualidad. Pero las frondosas ramas que habían brotado de estas experiencias se guardaban en mí como algo que finalmente tenía que encontrar sus raíces para crecer desde un mismo tronco y sentir la savia que lo alimentaba. Podrían ser muchas las vivencias, pero el árbol que lo sustentaba, a través de las enseñanzas de Ronald Fuchs, se me reveló como único.
Ya de entrada, que un maestro nos advierta que el tantra es en esencia un camino espiritual, un espacio para la belleza, que trasciende lo meramente sexual es algo que me llegó al corazón, un mensaje que conectó con mis afanes de búsqueda de una nueva dimensión de las relaciones. Por más que muchos, en la vida cotidiana, consideren mis anhelos como algo perdido. Estas personas juzgan desde su mente reduccionista y falta de sensibilidad para poder integrar la belleza y espíritu de reverencia en el encuentro entre un hombre y una mujer. El tantra no es para ellos si no están dispuestos a nuevos descubrimientos. Así pues, parecía que me encontraba ante alguien que colmaría mis expectativas. El curso prometía.
Trascender lo sexual para llegar a lo espiritual, pero sin olvidar que la energía sexual es la más poderosa que existe. Es pura, creativa, noble. Es la primera enseñanza que nunca olvidaré.
El camino más profundo es el que considera la polaridad de masculino y femenino, la danza de Shiva y Shakti. Con Ronald se me desvelaba el sentido de esa danza. Un nuevo paradigma de hombres y mujeres en contacto con sus partes masculinas y femeninas, sexualmente neutralizados me fue revelado. Pero al mismo tiempo conocía el riesgo de las pérdidas que esa dinámica implica, que hacen necesaria la toma de conciencia de que para que haya tantra tiene que haber polarización, esto es, conexión con la esencia masculina en el hombre y conexión con la esencia femenina en la mujer. El primer paso para crear una relación tántrica es la presencia y la disponibilidad.
Shiva es conciencia, propósito, un anhelo básico de libertad y Shakti es energía, un anhelo básico de amor. La energía siempre sigue a la conciencia. Y estas afirmaciones estoy seguro que suscitarían debate entre feministas recalcitrantes. Nos queda el gran reto de ir más allá de esas visiones fruto de la reacción al ancestral patriarcado.
Para un hombre, el último acto de libertad es rendirse al amor de una mujer, nos dice Ronald con sus ojos bañados por la emoción de esta frase. Y ante esta rendición me quedé realmente conmocionado, como sintiendo que aún podría no estar preparado para ello. Y para una mujer el último acto de amor es sentirse totalmente segura.
“Si nos da miedo la rendición en el amor, tenemos que plantearnos si el camino tántrico es para nosotros”. En ninguna de mis anteriores formaciones había escuchado nada parecido y es ésta una reflexión que aún sigue en mí pendiente de una plena integración.
La consistencia, suavidad, paciencia y amor al hablar con una mujer, despiertan su energía femenina. Hay que comprenderla en su mundo, protegerla, para que transite por la tierra sin ser dañada. De esta forma la mujer se torna vibrante y alegre. Esto es bellísimo, pero al mismo tiempo puede entrar en confrontación con los nuevos modelos de relación, que se han masculinizado. El reto es volver a las esencias sin sometimientos. Y uno se pregunta si para ese trato suave y amoroso, el hombre ha de precisar conectar con su parte femenina.
En su significado etimológico tantra está asociado con trama, telar. Es una bella metáfora nos habla de la interacción, del trenzado entre lo masculino y lo femenino. Una transmutación para convertir la energía en luz, en espiritualidad.
Tras recorrer el camino del tantra guiados por Ronald Fuchs, pudimos destilar y llegar a la savia transformadora de estas milenarias enseñanzas, cuya esencia está impregnada por dos polaridades entre las que emana espiritualidad y belleza, a partir de las que se constituye toda una trama. Una danza creativa entre Shiva y Shakti que toma la energía sexual como punto de partida para llegar a una alquimia. La conciencia masculina y la energía femenina, conciencia y amor se entrelazan. Y guardamos la savia de estas enseñanzas para que el tronco en el que hemos integrado las ramas de anteriores enseñanzas se conserve y crezca.
EL ARBOL DEL TANTRA. Una experiencia con Ronald Fuchs
Ferdinando Vero Cuore
Madrid, marzo 2025